sábado, 6 de febrero de 2016

El Sarahurco

El Saraurco
por: David Acosta-Guijarro

Este 26 de febrero del 2016 fuimos al Sarahurco, una montaña cerca del nevado Cayambe. Para esto se tiene que superar un pajonal inmenso, unos cuantos pantanos, un río grande y muchas, muchas, muchas pendientes para poder llegar a esta famosa montaña.



Toda esta jornada comenzó a las 8 de la mañana cuando mi padre y yo salimos de nuestra casa en busca de Oswaldo (nuestro guía) que se encontraba en Cayambe. Después de recoger a Oswaldo fuimos al control de ingreso a la reserva del Cayambe dónde registran toda la información sobre la persona que va a ascender. Para poder ir a la toma (punto de inicio de la aventura) no encontrábamos camioneta que nos pudiera llevar. Llamamos a alguna camionetas y nos cobraban $18, otras $20 o $30 pero eso era demasiada plata; por suerte alcancé a ver una camioneta y me pegué “El Pique de choro” para poderle decirle que nos lleve. Ese señor muy amable se llamaba Darwin que estaba junto a un amigo quienes nos ayudaron con nuestras maletas.

En el camino a la toma, mi padre  se golpeó con una rama por estar despistado y yo por reírme luego una rama me golpeó y me corté debajo del ojo; me jugó la del Barcelona como yo diría o se puede decir karma (por shunsho).

Llegamos a la toma que está junto a un río donde tuvimos que empezar atravesándolo. La toma se denomina porque allí la gente de las comunidades construyeron una toma de agua para el canal de riego. Luego de atravesar el río, tuvimos que cambiarnos los zapatos por botas de caucho para ir pasando por un montón de pantanos. Luego de 4 horas de caminata pudimos observar una laguna, creímos que era la laguna más grande de este páramo cerca al Cayambe y por eso decidimos quedarnos en ese lugar para acampar.


Cuando comenzamos a armar las carpas me di cuenta que mi aislante y mi sleeping bag estaban bien mojados, así que decidimos que yo pusiera primero mi aislante y sleeping dentro de la carpa. Después de acomodar el aislante de mi padre y el de Oswaldo salí a coger la comida y mi ropa que por suerte estaba seca.

Toda la jornada lluvió, pero eso no nos impidió de poder comer unas alitas de pollo que Oswaldo llevó; lo malo es que no estaban del todo ricas porque se le había ido un poco la sal, pero eso no importaba. Después de haber comido decidimos dormir un rato y a las 8 de la noche nos despertarnos para comer la cena que era agua caliente y un poco de sánduches. Luego volvimos a dormir.

A las 6 de la mañana del domingo 7 de febrero planeamos comenzar la caminata; pero por una fuerte tormenta de lluvia y viento decidimos esperar un poco más hasta las 7 de la mañana. A esa hora partiríamos rumbo al Sarahurco y ese mismísimo día esperábamos poder hacer cumbre; pero no sabíamos que habíamos tomado una decisión muy grave y que la laguna donde pensábamos acampar no era la laguna más grande sino la mediana, eso quería decir que no era la base para poder comenzar la caminata, la laguna más grande estaba a una hora de distancia y cuando llegamos nos dimos cuenta del tremendo error que cometimos y decidimos dejar todo nuestro equipaje para solo intentar hacer cumbre con nuestra maleta de ataque. Pensábamos que estaríamos cerca de un río que pasaba por las faldas del Sarahurco, el problema era que para bajar al río necesitamos una hora de caminata y el tiempo se nos acababa y al Sarahurco se le veía lejano pero decidimos bajar e intentar avanzar.



En la bajada había mucho lodo y no podíamos hacerlo con facilidad pero cuando la concluimos nos acercamos al río y logramos ubicar a la montaña; estaba muy, muy lejana y no había tiempo para llegar a hacer cumbre porque teníamos el tiempo justo para regresar a la laguna grande. Cuando llegamos a la laguna grande vimos el esqueleto de conejo que había sido comido por lobos, cogimos nuestro equipaje y nos trasladamos otra vez a la laguna mediana donde Oswaldo y yo intentamos pescar sin mucho éxito. Armamos otra vez el campamento y guardamos nuestras cosas; esa noche dormimos bien y comimos rico.


Al siguiente día nos despertamos a las 7 de la mañana para comer el desayuno y desarmar la carpa. Luego  caminamos rápidamente para lograr llegar a las 12 a la toma y encontrarnos con Darwin. Cuando llegamos, nadie nos esperaba, Darwin estaba aún bastante lejos, así que decidimos seguir caminando por la carretera hasta encontrarnos en el camino. Para mí esto era una muy mala noticia porque la maleta que llevaban pesaba por lo menos 3 veces más que Yo y mis hombros estaban bastante, bastante adoloridos, ya no podía caminar más, pero me tocaba hacerlo si quería volver a casa, así que les pedí un último esfuerzo a mis  músculos agotados que ya no podían lograrlo. Yo dije continuemos, entonces continuamos la caminata y después de una hora de caminar mojado en la lluvia apareció Darwin y le dijimos: “Darwin nos prometiste encontrados en la toma” y él dijo: “lo siento, pero se me hizo tarde, no pensé que saldrían tan rápido”. No seguimos discutiendo y subimos a la camioneta en viaje de regreso a la guardianía de ingreso al Cayambe. Al llegar, agradecimos a Darwin y él se fue sin cobrar, no sabemos porqué.

En el ingreso a la reserva dejamos nuestro carro donde teníamos ropa seca. Nos cambiamos y regresamos a casa. Pero antes, pasamos por la casa de Oswaldo para conocer ya que nos había contado sobre su proyecto de crear un campamento para niños-jóvenes y montañistas de alta nivel. Tiene una piscina con truchas, y nos permitió pescar y nos regaló 2; tiene árboles, un comedor con horno de leña, una piscina pequeña para nadar, canopy, y otras cosas que poco a poco ha ido construyendo. Fue muy divertido.

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