Los integrales del Pichincha
por: David Acosta-Guijarro
Este fin de semana junto a mi padre decidimos empezar nuestra propia expedición, empezando por hacer las 4 cumbres del Pichincha que era el primer objetivo. La meta era llegar al teleférico a las 8 y coger la primera canasta que nos lleve hasta la base de la caminata empezando a las 9 de la mañana, nuestra perspectiva era llegar de vuelta al teleférico a las 7:00 de la noche.
por: David Acosta-Guijarro
Este fin de semana junto a mi padre decidimos empezar nuestra propia expedición, empezando por hacer las 4 cumbres del Pichincha que era el primer objetivo. La meta era llegar al teleférico a las 8 y coger la primera canasta que nos lleve hasta la base de la caminata empezando a las 9 de la mañana, nuestra perspectiva era llegar de vuelta al teleférico a las 7:00 de la noche.
El día empezó a las 5:45 de la mañana en mi casa junto a mi
padre, alistándonos para ir al teleférico y empezar la caminata. Cuando ya estábamos
listos cogimos el carro y nos fuimos en marcha al teleférico, en el trascurso
del viaje vimos un accidente de un motociclista que estaba tirado en la calle
ensangrentado y cuando lo vi me puse a pensar en cómo sería mi muerte sabiendo
que a dónde íbamos a escalar había muchas posibilidades de muerte y eso me
puso un poco nervioso para hacer la caminata.
A las 7:15 llegamos al teleférico para hacer un calentamiento
antes de empezar a caminar, cuando nos subimos a la canasta estábamos junto a
unos Chinos que nos desearon buena suerte en la caminata y que ascendamos con
mucho cuidado.
Cuando empezamos a caminar eran las 9:00, el clima nos
acompañó bastante, creo que San Pedrito no se nos hecho para atrás, ascendimos
e hicimos cumbre del Ruco Pichincha a las 10:20 de la mañana más o menos, luego
descendimos unos 100 metros de la cumbre para tomar el camino que baja al valle
de las otras tres cumbre que nos faltaban hacer (Cerro Ladrillo, Padre
Encantado, Guagua Pichincha).
En el trascurso de la bajada nos encontramos con dos viejos amigos que conocimos en un programa de montañas, saludamos y nos alegramos de verles a los tiempos, luego nos despedimos y continuamos con la caminata. En la bajada vimos unos lahares inmensos que fueron hechos por una lluvia bastante fuerte que cayó el día anterior, mi padre y yo decidimos ir directo hasta el Guagua Pichincha pasando alado del Cerro Ladrillo y el Padre Encantado, cuando ya llegamos a la base del Guagua Pichincha mi padre vio otro camino que según Él era más corto pero yo le apostaba a que no, que tenemos que subir recto ya que la cumbre está ahí, el único problema es que teníamos que subir una pendiente de por lo menos 75 grados de inclinación; mi padre no quería y me rogaba que vayamos por el camino que el vio, yo le hice caso pero al instante me di cuenta que el camino que vio mi padre nos iba a desviar mucho del camino, frené y le dije que vayamos por el camino que yo le dije y Él me rogaba que no por lo que había que escalarla, pero al fin y al cabo me hizo caso y llegamos a la cumbre sin complicaciones y le explique que si tomábamos el camino que Él vio teníamos que caminar una hora más por lo menos.
En el trascurso de la bajada nos encontramos con dos viejos amigos que conocimos en un programa de montañas, saludamos y nos alegramos de verles a los tiempos, luego nos despedimos y continuamos con la caminata. En la bajada vimos unos lahares inmensos que fueron hechos por una lluvia bastante fuerte que cayó el día anterior, mi padre y yo decidimos ir directo hasta el Guagua Pichincha pasando alado del Cerro Ladrillo y el Padre Encantado, cuando ya llegamos a la base del Guagua Pichincha mi padre vio otro camino que según Él era más corto pero yo le apostaba a que no, que tenemos que subir recto ya que la cumbre está ahí, el único problema es que teníamos que subir una pendiente de por lo menos 75 grados de inclinación; mi padre no quería y me rogaba que vayamos por el camino que el vio, yo le hice caso pero al instante me di cuenta que el camino que vio mi padre nos iba a desviar mucho del camino, frené y le dije que vayamos por el camino que yo le dije y Él me rogaba que no por lo que había que escalarla, pero al fin y al cabo me hizo caso y llegamos a la cumbre sin complicaciones y le explique que si tomábamos el camino que Él vio teníamos que caminar una hora más por lo menos.
Cuando llegamos a la cumbre, el lado derecho del valle
estaba totalmente despejado y del otro lado subían unas nubes calientes que
venían desde el cráter del volcán pero no saben cómo apestaban a un olor a
azufre, luego bajamos otra vez a la base donde se une el camino con el valle para
tomar un descanso pequeño donde comimos y nos hidratamos.
Mientras descansamos vimos como las nubes chocaban con la
montaña y se daban la vuelta y chocaban con la misma nube. Se veía un
espectáculo hermoso de la naturaleza, cosa que me dije que tengo la mayor
suerte del mundo por poder estar en este lugar en este momento y poder observar
este hermoso paisaje con mis propios ojos.
Al finalizar el descanso fuimos en camino de la tercera
cumbre que era el Cerro Ladrillo. Después de un tiempo logramos hacer esa
cumbre pero nos dimos cuenta del tiempo y ya era tarde para lograr hacer la
cuarta cumbre que era el Padre Encantado, entonces fuimos otra vez al Ruco
Pichincha para retomar el camino de vuelta al teleférico, pero para lograr
llegar al camino hay que subir un arenal bastante inclinado y por el problema
de los lahares se nos hizo bastante difícil subir y muy costoso.
Cuando
llegamos al fin del arenal, ya sin energías, era tarde y teníamos que bajar
corriendo a la estación del teleférico; pero San Pedrito nos jugó la del
Barcelona y nos trajo una nube que nos impidió ver el camino y nos tocó
ponernos las linternas para poder continuar; mientras tanto el día oscureció y
las luces de Quito nos dieron un espectáculo inolvidable. Llegando a la
estación nos llamó un chico que trabajaba ahí para preguntarnos donde estábamos
porque la hora a la que llegamos era preocupante por lo que estábamos en la
montaña, pero luego llegamos y Él se alegró de vernos y nos felicitó por
haberlo logrado y así concluyó nuestra primera ascensión a nuestra primera
montaña del proyecto.